Sólo tú y yo sabemos lo que ignora la gente
al cambiar un saludo ceremonioso
y frío,
porque nadie sospecha que es falso tu desvío,
ni cuánto amor esconde mi gesto indiferente.
Sólo tú y
yo sabemos por qué mi boca miente,
relatando la historia de un fugaz amorío;
y tú apenas me escuchas y yo no te sonrío...
y
aún nos arde en los labiosalgún beso reciente.
Sólo tú y yo sabemos que existe una simiente
germinando en la sombra
de este surco vacío,
porque su flor profunda no se ve, ni se siente.
Y así dos orillas, tu corazón y el mio,
pues,
aunque las separa la corriente de un río,
por debajo del río se unen secretamente.